LA NATACION, PUNTO Y APARTE
A sus 65 años Mn. CASAJOANA aprendió a nadar.
Recordat avui en :
"Les Crítiques d'en Jussà"
Per: Jaume Costajussà
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- Por aquél entonces realizaba muchas caminatas naturalmente, por Sabadell y alrededores. Casi siempre iba a parar al Santuario de la Salud. El caso es que se alejaba de una a tres horas, según sus disponabilidades de tiempo y, naturalmente,cuando mas se alejaba la caminata entre ida y vuelta era más superior. Ello hizo que sufriera de los pies. Pero no podía dejarlo porqué necesitaba de ejercicio al aire libre.
Surgió entonces la invitación, como sacerdote, para bendecir las instalaciones natatorias de Castell-Arnau y el presidente de las mismas,le dijo que estaban a su disposición¿ para lavarse los pies...?, les contestó. Y, en aquél momento, lo pensó así. Pero al llegar a casa empezó a dar vueltas al asunto, después consultó con el Dr. Menna de la Torre, y le dijo efectivamente, que aquél ejercicio le iría muy bien. De paso suprimiría sus camisetas y el infierno de de los pies. Y ya a partir de aquél momento, los monitores del Club hicieron el resto, pese a que a las primeras de cambio "pesé mis ratos de miedo"-acabó diciendo Mn. Casajoana-.
A sus 65 años, en el 1.968, Mn. Casajoana aprendió a nadar. Y posteriormente, todo Els los martes y viernes del año, casi sin excepción, acudía al C.N. Sabadell y nadaba sus 300 metros. Sus amigos del Club estaban encantados. Pero...- ¿ Como se inicició toda ésta história ?
- Por aquél entonces realizaba muchas caminatas naturalmente, por Sabadell y alrededores. Casi siempre iba a parar al Santuario de la Salud. El caso es que se alejaba de una a tres horas, según sus disponabilidades de tiempo y, naturalmente,cuando mas se alejaba la caminata entre ida y vuelta era más superior. Ello hizo que sufriera de los pies. Pero no podía dejarlo porqué necesitaba de ejercicio al aire libre.
Surgió entonces la invitación, como sacerdote, para bendecir las instalaciones natatorias de Castell-Arnau y el presidente de las mismas,le dijo que estaban a su disposición¿ para lavarse los pies...?, les contestó. Y, en aquél momento, lo pensó así. Pero al llegar a casa empezó a dar vueltas al asunto, después consultó con el Dr. Menna de la Torre, y le dijo efectivamente, que aquél ejercicio le iría muy bien. De paso suprimiría sus camisetas y el infierno de de los pies. Y ya a partir de aquél momento, los monitores del Club hicieron el resto, pese a que a las primeras de cambio "pesé mis ratos de miedo"-acabó diciendo Mn. Casajoana-.
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