TARRAGONA
( I )
Recordat, avui en:
" Les Crítiques d'en Jíussà"
Per: Jaume Costajussà
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El día 12 de junio de 1.929, Ramón Casajoana, fué graduado dostor en Sagrada Teología en la Universidad de Tarragona, y desde éste mismo año tuvo su primer destino sacerdotal: coadjutor en la Parroquia de Sentmenat.
-Mossén ¿ que ganaba un cura al mes,cuando usted se ordenó?
-Pues 95 pesetas al mes exactamente...
Desde Sentmenat, el doctor Casajoana tuvo otros destinos, cuyo orden cronológico podemos citarlo así: Olesa de Montserrat,para pasar a San Vicente de Junqueras, San Baudilio de Llobrebat, San Juan de Horta, y Sabrada Familia de Barcelona. Y de aquí...
LOS DÍAS DE LA GUERRA CIVIL
COMO PARÉNTESIS OBLIGADO
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...A Itália. A Roma. A éste exilio obligado por un tiempo, hasta la normalización. O hasta la normalidad de regresar. Aunque también costó partir en aquéllos días en que uno se jugaba la vida a cada paso. Aquéllos días de ingrato recuerdo, en los que el doctor estuvo escondido en un piso de Barcelona. Pero tan cerca de un peligro cierto, que por la noche y en una taberna que había en los bajos de un edificio, escuchaba perfectamente a algunos de los parroquianos, hacer mención, como una hazaña importante, de los curas que habían matado durante el día, con pelos y señales. Era escalofriante. No había seguridad. Y aunque se sucedieron las anécdotas, su carácter impide muchas veces, incluso escribirlas con la mínima alegría como para interesar al lector.
( Continuará)
...A Itália. A Roma. A éste exilio obligado por un tiempo, hasta la normalización. O hasta la normalidad de regresar. Aunque también costó partir en aquéllos días en que uno se jugaba la vida a cada paso. Aquéllos días de ingrato recuerdo, en los que el doctor estuvo escondido en un piso de Barcelona. Pero tan cerca de un peligro cierto, que por la noche y en una taberna que había en los bajos de un edificio, escuchaba perfectamente a algunos de los parroquianos, hacer mención, como una hazaña importante, de los curas que habían matado durante el día, con pelos y señales. Era escalofriante. No había seguridad. Y aunque se sucedieron las anécdotas, su carácter impide muchas veces, incluso escribirlas con la mínima alegría como para interesar al lector.
( Continuará)
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