RECORDANT : DESPUES DE VACACIONES AGOST -1.973

AGOST

1.973                :       LA VIDA SIGUE IGUAL

                                   Per:

                              Jaume Costajussà

Las vacaciones habían terminado. Y en Sabadell, ésto se notó mucho. Al mantener ésta colectividad vocacional que desde hacía tantos años era ya tradicional, la ciudad desde el 14 de julio, se iba vaciando en masa. Se notaba en las calles, en la circulación, en los ruidos. Parecía como si los que se quedaban quisieran contribuir también al sileencio. Y no había mejor silencio que el descanso, que el apacible vivir, sin complicaciones de madrugar. de ir de un sitio a otro por obligación.

Desde el sábado pasado, el hormiguero humano, volvería a poblarse y muy pronto estaríamos todos, o casi todos, porque siempre los había de afortunados, para que las vacaciones,duraran unos días más. Pero eran pocos...
Así por encima y sin estadísticas en mano, diríamos que aquél año había marchado mucha mas gente de vacaciones que en años anteriores. No es eso que sea verdad,literalment hablando, que la ciudad quedó vacía. Ni mucho menos.Ello se podría comprobar. Como se pudo comprobar. Como se pudo comprobar lo de la "Festa Major" del pasado año, en que las Ramblas y los sitios céntricos, como el Paseo estaban a rebosar en las tardes del domingo y del lunes.
No. Sabadell, no quedaba ni queda nunca vacía porque en una ciudad de 170 mil habitantes,en aquéllos tiempos la vida siempre late y además con fuerza, aunque se hayan marchado más de la mitad. Llegaríamos a decir que aparte de desafortunados, por el mero hecho de no marcharse, éstos lo son por otra vertiente, la de los servicios en general, que cerraban y cierran por aquéllas fiestas. Pero ésto es otra questión...
El 7 de Agosto era una especie de fin y de principio, interesaba más aquél principio de temporada en el que se tenía que reanudar el trabajo y hacer acopio de fuerzas y de entusiasmo ante la etapa a cubrir. No fácil para nadie porque la vida seguía y no se podía estar un día sin ganarse el pan que se come. Quedaban atrás las ilusiones y había que pensar ya también con ilusión, en otras facetas que la vida de cada día lleva consigo.